sábado, 3 de noviembre de 2007

Amistad


La amistad es un juego de barajas con mal sabor. En un abrir y cerrar de ojos, todo acaba. Sin darnos cuenta todo desaparece, perdemos lo apostado y no nos quedan más jugadas. ¿Esta en nosotros conservar las jugadas? ¿Conservar el manojo de cartas? Quizás. Yo, prefiero dejarlo al azar. Dejar que el destino decida. No quisiera atar a nadie a mi vida, como tampoco quisiera que me aten. La libertad de sentir lo que se desea, y de demostrarlo a quien se prefiere, es algo hermoso. En algún momento, la amistad, fue algo tan complejo para mí. Algo sin respuesta, una mala jugada, una desesperante situación. Y es ahora que me di cuenta que nada es nadie. Que todo esta por ahí, y llega cuando menos se espera. Nunca imagine que llegara a tener tan grandes amigos, nunca pensé que aunque ellos estuvieran lejos, y llevara meses sin hablarles, al encontrarnos, no dijéramos; ¿Como te ha ido?, si no “¿Como me decías?”. Es algo maravilloso saborear la soledad y las emociones que esta conlleva, sin esperar que de algún momento a otro, llegue esa compañía tan placentera, que en alguna forma puede llegar a parecer utópica. La vida gira en torno a ello, a lo que de alguna manera se espera, aunque nunca llegue. Es lo que nos hace feliz, ser lo que queremos ser, y sentirnos comprendidos en algún momento. Todo es cuestión del destino, todo es cuestión de querer vivir. De saber esperar con prudencia. Hoy solo me preocupo por la realidad. Por lo que viene en camino, que creo que es realmente lo importante ahora, saber que debo organizar mis ideas, mi vida. Todo marcha por lo que es. Y eso, creo yo, es un grado de madurez mas, que logre alcanzar.